VITRAL DEL PASADO
Nunca se quedó atrás nuestro
pasado:
tenaz, entre intervalos de aparente olvido,
nos fue siguiendo los pasos, furtivo
como un ladrón detrás de los árboles.
tenaz, entre intervalos de aparente olvido,
nos fue siguiendo los pasos, furtivo
como un ladrón detrás de los árboles.
Pasajero invisible en los viajes,
se embarcó con nosotros
en los trenes y aviones
que por deseo o fuga abordamos.
se embarcó con nosotros
en los trenes y aviones
que por deseo o fuga abordamos.
En los cuartos de los hoteles,
tras el azogue de los espejos
registró celestinamente
los cuerpos prohibidos que amamos.
tras el azogue de los espejos
registró celestinamente
los cuerpos prohibidos que amamos.
A menudo, es cierto, perdió el
sentido
(no las huellas) de nuestro tránsito,
pero siguió, indigente, recolectando
fragmentos de cuanto vivimos.
(no las huellas) de nuestro tránsito,
pero siguió, indigente, recolectando
fragmentos de cuanto vivimos.
Sólo bastó que llovieran los años
y nos volviéramos lentos
para sentirlo sobre la espalda, con su talego
de calamidades y milagros.
y nos volviéramos lentos
para sentirlo sobre la espalda, con su talego
de calamidades y milagros.
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