NO DEBERÍA LLOVER CUANDO TE DEJAN
Qué difícil,
a veces,
saber acostarse a tiempo
cuando la noche
ya sólo puede tumbarte a golpes de tristeza
y mandarte por enésima vez a la cuneta.
Qué difícil no pedir otra cerveza,
ni otro cubata,
ni más porqués.
Qué difícil no lanzarse al vacío de la herida abierta.
Qué difícil no pensarse absurdo y roto
frente a esos ojos negros
que un día fueron mi firmamento.
Qué difícil ver el sol,
y las estrellas,
y todo lo que antes brillaba en este
frío lugar.
Qué difícil sobreponerse a esta lluvia de sentimientos
y guardarse las palabras
para quien por fin las merezca.
Simplemente sonreír...
qué difícil.
saber acostarse a tiempo
cuando la noche
ya sólo puede tumbarte a golpes de tristeza
y mandarte por enésima vez a la cuneta.
Qué difícil no pedir otra cerveza,
ni otro cubata,
ni más porqués.
Qué difícil no lanzarse al vacío de la herida abierta.
Qué difícil no pensarse absurdo y roto
frente a esos ojos negros
que un día fueron mi firmamento.
Qué difícil ver el sol,
y las estrellas,
y todo lo que antes brillaba en este
frío lugar.
Qué difícil sobreponerse a esta lluvia de sentimientos
y guardarse las palabras
para quien por fin las merezca.
Simplemente sonreír...
qué difícil.
(Poema enviado por el autor)
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