POÉTICAS
Van a dar nuestra hora. De un momento
a otro, sonarán campanas
Jaime Gil de Biedma
O la anti-escritura. Exceso de poetas. Exceso de miel. (Eso atrae a
demasiadas moscas. La trampa es dulce, o hay porcelana cascada.
Te puede herir el labio el borde cascado de la taza. ¿Nada? Eso
que de pronto se seca y pincha donde un hombre cuenta su dinero)
Hay un cuadro de Sebastian Roth en el que un hombre desnudo
mira el cielo. Aún Roth lo está pintando vestido con el camisón de
su madre. Cuando fui soldado mi bigote estaba lleno de nata y mis
manos de mierda. Cada palabra es una piedra y cada piedra es
una palabra, y todas estas piedras son días y noches.
POEMA INCLINADO
Cualquier palabra termina en el cielo. Todas caen. Diestro, cierras
el ojo izquierdo, y tú, zurdo, el ojo derecho. Lo mismo veis desde
la cerradura. La inclinación del cuadro. No hay huevos. Lo que se
arrastra antes de volar. Anda tú, y llega por él a las palabras más
hondamente enterradas, a las más profundas.
(Miguel Ángel Curiel, Trabajos de purificación, Fundación Inquietudes, 2009)
1 comentario:
perfecto ese punto de la inclinación
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