LA
ÚLTIMA CENA
Y el gusano mordió mi cuerpo
y dando gracias
lo repartió entre los suyos
diciendo “Hermanos
éste es el cuerpo de un poeta
tomad y comed todos de él
pero hacedlo con respeto
cuidad de no dañar sus cabellos
o sus ojos o sus labios
los guardaremos como reliquia
y cobraremos entrada por verlos”
Mientras esto ocurría
algunos arreglaban las flores
otros medían la hondura de la
fosa
y los más osados insultaban a los
deudos
o simplemente dormían a la sombra
de un espino
Pero una vez acabado el banquete
el mismo gusano tomó mi sangre
y dando gracias también
la repartió entre los suyos
diciendo “Hermanos
ésta es la sangre de un poeta
sangre que será entregada a
vosotros
para el regocijo de vuestras
almas
bebamos todos hasta caer
borrachos
y recuerden
el último en quedar de pie
reunirá los restos del difunto”
Y el último en quedar de pie
Y el último en quedar de pie
no solamente reunió los restos
del difunto
los ojos, los labios, los
cabellos
y una parte apreciable del
estómago
y los muslos que no fueron
devorados
junto con las ropas
y uno que otro objeto de valor
sino que además escribió con
sangre
con la misma sangre derramada
escribió sobre la lápida
“Aquí yace Mario Meléndez
un poeta
las palabras no vinieron a
despedirlo
desde ahora los gusanos
hablaremos por él”
(Mario Meléndez, El circo de papel, Círculo de
Poesía, 2009)
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