TIFÓN DE
INCIENSO REPELENTE DE MOSQUITOS DE VENUS*
I
Mi sangre
vuela en un mosquito,
Una
picadura de un insecto, dijeron, un bicho.
Más Aután,
cada noche,
En el
primer verano en la casa nueva,
Cerca del
río, donde nos mudamos.
Esos
huéspedes presentes invisibles,
Esperaban
mi sonrisa para pinchar mi piel,
La sangre
dulce, en la digestión, siesta,
Cuando
todo iba bien; formaban parte del aire.
II
Otro
verano, supe que se comían mi sangre,
Era
cierto, para qué, no se sabe a ciencia cierta.
Sobreviven,
y vuelan y pretenden perpetuarse,
Sí, con mi
sangre, mi ADN fluido,
Me dejan
su veneno, su mensaje, en un zumbido.
III
El verano
de 1992, caí en el barro,
Mi hermano
mayor y la vecina reían,
Era una
trampa el juego que me propusieron,
El golpe
me dejó sin respirar, en la oscuridad,
Me lancé,
engañada, al agujero de dos metros bajo suelo,
-lo que
sería una piscina tras dos años-
Me dolía el pecho y las rodillas, mucho barro,
Me dolía el pecho y las rodillas, mucho barro,
Llamé a
mi padre para que me sacara de allí
No pude
parar de llorar hasta que ya en la cama,
Los
mosquitos me picaban,
Y yo
miraba como entraba luz de la farola de fuera,
Mi lengua
pegada al paladar, confusión de contornos.
IV
La plaga
de mosquitos en el campamento.
Parecía en
la guerra.
Ninguno de
mis dos amores me entendía,
La
superficie de mi piel enrojecida.
V
De Ciencia
ficción, gracias a un mosquito crean un dinosaurio,
Tenía su
sangre, esencial, unas gotas,
Los
dinosaurios eran anteriores a todo,
Le
pregunté a la profesora de religión porqué no están en la Biblia.
VI
En
Milán, quise morir varias veces,
Mi
compañero de piso ironizaba con el suicidio por un mal de amor,
Me dolía
la cabeza de oír las ambulancias hacia el hospital de al lado.
Filippo me
dejó, yo no entendía nada.
Esa casa
nuestra en la que vivíamos a parte del resto.
Al llegar
los mosquitos gigantes, Junio 2008, ya estábamos bien,
Y su
presencia era lo pasado que entonces poco importaba,
Adquirimos
medios para erradicarlos de nuestros cuartos.
Aunque
prevalecían. Volvimos a España.
VII
Verano
2012, mosquitos robots en EEUU,
Nos
informan que son para difundir vacunas,
Tienen
cámaras y se programan como espías.
Me pica un
mosquito justo en el muslo,
¿Se
extinguirán antes de mi defunción?
No puedo
parar el insecto por su zumbido,
Espero, doy
un paseo por los límites del jardín,
Recuerdo
rostros queridos invisibles crecientes,
Me siento
en un campo de concentración muda,
Mi lengua
pegada al paladar, me duermo y amanece.
Mosquitos,
mi sangre no vale nada, volveréis,
Contaré
vuestra historia de nuevo, actualizada.
*Es uno de los poderes de Sailor Venus, uno de los personajes del manga "Sailor Moon".
(Violeta Nicolás, Digestión Idílica, Diego Marín, 2012)
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