BEGOÑA LEONARDO
YA NO HUBO A QUIÉN ACUNAR
En el principio
nada parecía amenazante
había salido el sol
unas nubes sonreían
mi corazón saltaba
y las preguntas todas
tenían respuestas vivas.
Cuando los mortales cortaron la alegría
se apagó la luz.
Chamuscadas mariposas en versión original
sacudían sus alas
desesperadas...
Ya no hubo a quién acunar
a quién amamantar.
Las madres mecían sus propios cuerpos
las caricias vagaban
se asfixiaban antes de posarse.
Y las mentiras
se instalaron irremediablemente.
(Begoña Leonardo, Deshaucios en el paraíso, Mabele Ediciones, reedición actualizada, 2013)
Etiquetas:
BEGOÑA LEONARDO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario