ANTONIO ABAD
No hay nada.
Miro en el gozo tan sólo cristal
que hierve en humos, aires,
lentos, celestes miedos
que son de la amargura.
No hay más que dolor.
Dolor de olvido,
de soledad, de tiempo
aquí,
en esta antigua noche
donde infinitas sombras
derraman los ensueños.
(Antonio Abad, Misericor de mí, Colección Rusadir, 1980)
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