IN MEMORIAM
EPIGRAMA Confiabas, necio, en la posteridad, y al juicio de la historia legabas tus minutos. Al trueque del futuro inmolaste el presente, renunciando a la gozosa potestad del acto, al impagable deleite de morir en cada gesto. La sentencia del tiempo no mostrara mayor benevolencia. Mas ahora eres viejo y no es posible reescribir el pasado ni te queda una página, un último minuto para rectificar. ¡Qué error, así, la vida! Aguardar hasta el fin la absolución, en tanto te maldices tú mismo y te condenas a morir esa muerte que habías, sin saberlo, continuamente muerto: Los ríos, muchas veces, son el mar. (Domingo F. Faílde, Náufrago de la lluvia, Aguaclara, 1995)
1 comentario:
Cuando nos deja un poeta en mundo es más triste.
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