EN VASOS, EN PÁGINAS
Ya que hoy
sostienes tú
mi cuerpo
por mí,
te dejaré hablar un poco,
te ayudaré a expresar tu reflexión.
Acabaré siendo parte de tu ser,
como tú del mío, lo sé.
No tengo remedio, a cada paso que doy
olvido mi sangre en vasos
olvidados por el mismo tiempo.
No importa el sol que se cae
y se rompe entre mis pies,
aunque después me quede mirando
sus despojos esparcidos.
Mi boca se acostumbró a tu saliva
y lo demás, después de todo,
no importa,
es la nada.
(César Lladó Montero, Lunas, martes y estiércoles, Ediciones 4 de agosto, 2011)
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