Llanto por Miguel Hernández
Colmenar de barro inerte,
habitáculos henchidos,
seres enfermos de muerte
con trajes de huesos vencidos.
En el silencio del alba,
en la fría enfermería,
se está rompiendo la calma,
Miguel, solo, se moría.
en la fría enfermería,
se está rompiendo la calma,
Miguel, solo, se moría.
Que no quiero verlo, que no.
Tumbado, su pecho abierto,
donde marcha lentamente
la suciedad que en su cuerpo
rompe su vida y simiente.
donde marcha lentamente
la suciedad que en su cuerpo
rompe su vida y simiente.
Que no quiero verlo, que no.
Dando un último suspiro,
su cuerpo de mármol blanco,
se aleja de su familia
y se asoma ante el barranco.
su cuerpo de mármol blanco,
se aleja de su familia
y se asoma ante el barranco.
Dos cebollas son sus ojos
que miran hacia el vacío
escribe el último verso
con lágrimas de rocío.
que miran hacia el vacío
escribe el último verso
con lágrimas de rocío.
Que no quiero verlo, que no.
(David Romero Raposo, La Hija Descalza de la Primavera, Ed. Poesía eres tú, 2011)
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