Estoy jodida como siempre, porque
no encuentro mi nombre in the Irish Poetry Review.
Pero vamos a inventar un nuevo juego,
donde yo soy la chica de ojos marrón.
Van Morrison toca la guitarra, mientras yo me columpio
como una aterrada Julia Roberts “Durmiendo con su enemigo”,
con unas piernas tan largas que puedo dar zancadas siderales
por el Orbe hasta Nunca Jamás, perder hasta mi sombra,
la memoria y ofrecerte un beso por un dedal.
Estoy jodida como siempre, pero ¡vamos, chico!,
¡¡¡hay que disfrutar!!!
En este nuevo juego las lágrimas son aceite que
encienden las lámparas de los corredores
de la oscura casa de Vincent Price.
En el museo de cera no nos reconocerán,
ni vendrá el viejo Edwards a enseñarnos El origen del mundo;
nadie hablará de nuevos tiempos para el amor,
cuando Gabo y el Cólera empezaron a flotar.
Estoy jodida como siempre, pero vamos a jugar.
Enciende la radio que ¡¡¡la carretera es nuestra!!!
Y no importa si nos matamos contra un muro de nostalgia.
Somos mucho más que “Dos en la carretera”,
Porque no tenemos código de honor.
Nuestras normas las dictó en la selva un mono loco
que cantó una canción de cuna junto a un niño desnudo
al que confundieron con Dios.
Y Dios vino de las basuras para decirme:
“!Ey, nena, estás jodida, pero hay que disfrutar!”.
Tú no eres la chica de los ojos marrones, eres Lucy in the Sky
with Diamonds y Kaleidoskopics Eyes.
(Lucía de Fraga, poema extraído de su blog Nostalgia del acero)
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