RECITADORES QUE DICEN SER POETAS Y RIPIOS
QUE NUNCA SERÁN POEMAS
QUE NUNCA SERÁN POEMAS
Un jueves.
De esas tardes que no encuentras cobijo
ni en tu puto interior...
No se me ocurre otra cosa
que entrar en uno de esos locales
donde organizan recitales de poesía...
Allí me cuelo tan diligente
y con la garganta seca.
Una cerveza -pido al camarero-.
Nos conocemos.
Compuse la letra de una canción
para el grupo de rock al que pertenece.
No transcurrió ni media hora
cuando empiezo a sentir malestar
en mi estómago.
Dudo que sea la cerveza me dije.
Decido salir a toda leche de aquel lugar.
Ya en la calle, la bocanada de aire fresco
me devuelve la vida y mi estómago.
Un pájaro surca el cielo
dejando sobre mi hombro
su huella en forma de cagada.
Les dedicaré un poema:
al pájaro, a la vida, a mi estómago.
(Rafael Gordon Haskel, La senda urbana, Ediciones LaCalle, 2016)
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