TRES MESES
Antes de morir
recuerdo noviembre,
cuando no te encontré.
Recuerdo cómo llegaste
a mi estación helada,
tan fría que no existió.
Y siempre estuviste ahí,
pero no te miré,
hasta que encendiste fuego
con chispas de tu alma.
Agonizaba diciembre,
que me mató con tu ausencia,
y Albinoni me apuñaló con su Adagio.
Su sinfonía asesinó mis huesos,
su melodía reventó mis venas.
El compás se detuvo,
pero no tu recuerdo.
Y con enero volvió la estación helada,
esa que jamás existió.
(© Javier Jiménez Moreno, 2020)
Poema cedido por el autor
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