FERNANDO LÓPEZ GUISADO
SUPE QUE IBA A MORIR...
Supe que iba a morir
el día en que descubrí que mi madre no era virgen:
por eso hago lo que hago,
entre las páginas y las piernas de las mujeres.
La boca que arde,
los dientes fríos
y este temblor bajo las palmas
de las manos son claro síntoma
de la autoindulgencia.
¡Jamás pensé que abril fuera a ser tan ebrio!
¡Nunca imaginé que las simples palomas
acabarían con lo poco que queda de nosotros!
Gota a gota,
desaparecemos como reptiles,
herrumbrosas maquinillas de afeitar desechables
y un arco iris sobre el helecho.
(Fernando López Guisado, La letra perdida, Ediciones Vitruvio, 2012)
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