LAS PALABRAS DIFÍCILES
Cenizas de esta noche,
mañana
me levantaré temprano a respirar el aire frío,
a emprender la tarea de desbrozar el claro.
Sólo podría pedir perdón por ensordecer
y labrar la confusión, y luego,
prometer no continuar,
si ya antes otros también gritaron.
Se fue mi voz escorada por los sumideros
de una conversación errada
y lo que quería decir
se volvió un atrio donde mendigar.
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