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Giros inesperado S.A continúa su marcha:
Ser escritor no significa nada. Eres un trozo de carne con sangre
dentro, igual que todos. Lo único que puede salvarte de la quema es
la integridad. Bueno, en realidad nada puede salvarte de la quema,
para qué vamos a engañarnos. Ser escritor es una manera de
alimentar el ego como otra cualquiera. Escribir descarga tu mente,
pero también lo hace la música, el deporte, caminar o ir al baño. La
única diferencia entre escribir y el resto de cosas es que tus ideas,
fantasías e idioteces quedan plasmadas en un papel, o documento
digital, para la eternidad, y eso te ilusiona. En realidad eres un idiota
que quiere morirse de hambre. Empleas todo tu tiempo en esto. No
tiene sentido. Te veo ahí sentado y me das un poco de pena: en esa
silla de cuero que iban a sustituir, delante de la pantalla, con el
cenicero lleno de colillas y una lata de cerveza aplastada. No te voy a
mentir, tu imagen me recuerda que ambos pertenecemos a la
maldita Generación X. Hemos crecido con el progreso, con la
destrucción masiva, con la lucha de clases, con la nueva clasificación
del sistema, con las subidas y las bajadas, con la nueva crisis
financiera, con la gran estafa mundial, con el hundimiento total del
ser humano como especie dominadora y con una sociedad carente de
recursos útiles. Sí, puedes decirme lo que quieras, pero te advierto
que estás dentro de mí y no puedes engañarme como al resto. Te va a
costar un poco más. Esa sonrisa, ese fingimiento continuo. Eres un
infeliz. No digo que seas como el resto de infelices, no. Tú eres
consciente de la cruda realidad que te rodea, sabes leer entre líneas,
reconoces a un cocainómano a diez metros de distancia, y a un mal
profesional y a un alcohólico y a un maltratador. Eres escritor, te
sientes escritor, y observas tu entorno con esas gafas de rayos X que
posees. Me gusta eso. La única pega es que me estás matando. Cada
minuto que pasas ahí sentado es un minuto que me robas. Deja esa
silla unos días. Lee esto y hazme caso —no he encontrado otro modo
de decírtelo—. Joder, pareces inmune a la ansiedad con la que llevo
torturándote todos estos años. Ser escritor no significa nada.
Olvídalo. Nadie te toma en serio. Tendrás que ponerte en forma y
mostrar tus abdominales junto a los textos que publicas en la red si
quieres hacer algo grande —carcajada inevitable—. Ya no estamos en
los años 40. Igual en aquella época hubieses hecho algo —que lo
dudo—, pero ahora lo tienes complicado. El mercado es una cloaca.
¿Qué puedes hacer por ti que no tenga que ver con el suicidio social?
Nada, joder. Y no te digo esto para que te vengas abajo. Tienes
alguna obra que no está mal del todo, eres buen poeta —pasable, a
fin de cuentas—. Solo te digo que me des algo de vida. Descarga tu
auténtica mierda ya de una vez y descansa un poco, ha llegado el
momento. Mándalo todo al carajo. Escribe tus fantasías más oscuras
¡Sal de ahí dentro, maldita sea! Deja de matarme con tu cobardía.
¿Crees que conteniéndote ganas lectores? No, nada de eso. Ser
escritor no significa nada. Eres tú el que tiene que dar sentido a lo
que haces. Entonces lograrás ser auténtico.
(fragmento de la novela)
(Daniel Aragonés, Decadencia, Editorial Gradiente 2019)
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