TODAVÍA NO TE HAS IDO
Me golpean
los minutos a cada segundo que pasa y todavía no te has ido.
Me queman
las horas como antorchas endemoniadas, como gas mostaza y Napalm o todo junto,
cuando todavía no te has ido.
Me atan las
agujas y el jodido sonido que no se oye, pero que nunca hay silencio porque
todavía no te has ido.
Me sale
barba en los huevos y espinillas para poner clermatén de laboratorios Pasta
gansa. Y todavía no te has ido.
Me duele el
oído y hasta la oreja de aguantar tus gritos de esta vida es una mierda y el
sol brilla.
Y saco todas
las noches la basura mientras tú te depilas el bigote del coño y luego no
tienes ganas y aún no te has ido.
Me saco los
mocos y los comparo con los días a tu lado. Y todo es demasiado amarillo.
Y haces
macarrones los lunes, martes y domingo y comemos chicle, aunque los gratines
con tomate y vino tinto y dejo la puerta abierta y ni aún así, te has ido.
Y supongo
que hay gente que no sabe viajar sin alguien, que es como viajar en un tour
organizado; que bajas del autobús, comes y hasta cagas y visitas la vida a las
horas que te marca el programa.
Y así es como yo lo veo.
(Pablo Guillén Tudela, Sombras de luz y niebla, Donbuk Editorial, 2017)
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