CADÁVERES ESTELARES
Gatos bizcos y deformes revuelven basura en
la fría noche. Restos mortales de estrellas brillan en el
cielo en su último
estertor del pasado.
En el suelo, otro estelar cadáver.
Su rock ya había muerto. Sólo le quedaba darse a la fuga de su puta vida a
lomos del caballo.
Dinosaurio rock autoextinguido con
sobredosis letal. Mono fatal de fama y fortuna. Años demasiado acomodados para
volver al mundo real. Estrella apagada, vida de saldo de tienda de discos.
Quizá en el espacio, en un subatómico
imperio no fuese un fósil musical.
Negocio hijoputa, puede costar el pellejo.
Pero siempre hay más, el jodido espectáculo
siempre se las apaña para continuar.
La discográfica, empalmada, se la menea de
gusto. Ahora que la ha diñado venderá como nunca. El público ruge histérico.
(Javier García, El coleccionista de hostias, Multiverso Editorial, 2019)
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