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ISMAEL CABEZAS

 


EXCLUIDOS 

Ahora pertenezco a los excluidos,
a los que escupen a la cara
y en cambio nada tienen que decir,
ahora los esquizofrénicos con la mirada
como cristales gastados por el mar
y los vientres hinchados por la olanzapina
son mis compañeros, con los que tomo café
y observo sus bocas abiertas como si siempre
estuviesen contemplando la noche,
ahora los jubilados que realizan todas las mañanas
el mismo camino, con sus rebecas abotonadas
y sus gafas tan grandes pasadas de moda,
son las gentes a las que me uno,
y las ancianas que jadean arrastrando
un desvencijado carro de la compra
vestidas con alguna prenda negra
y viejos bolsos con tan sólo 20 €
para toda la semana,
son las que caminan a mi lado,
ahora hombres que deambulan cojeando al andar,
albañiles recién entrados en la cincuentena
que beben un sol y sombra
en bares destartalados de barrio
cuando aún todos duermen,
son quienes conocen mi nombre,
ahora todos ellos,
son los que toman con dulzura mis manos. 

(Ismael Cabezas, Pisadas en la nieve sucia, Baile del Sol, 2014) 

ISMAEL CABEZAS

 


UNA DE LAS FORMAS DE LA TRISTEZA 

Abandonaste el colegio a los doce años
y jamás has leído un poema,
ni echas un vistazo
al gris periódico grasiento
que yace arrugado en cualquier rincón,
-apenas vas siquiera al cine-
ni tienes aparato de radio
en tu habitación alquilada
del Hamilton Motel,
sólo sirves ginebra a vejestorios
borrachos que murmuran obscenidades,
y tu cuerpo delgado, de piel tal vez
en exceso blanquecina, se mueve ágil
entre las mesas, pisando el sucio serrín
húmedo de saliva de moribundo,
un reflejo de turbias aguas de pantano
tus ojos verdes que se deslizan
entre los vasos a medio acabar y las colillas
mal apagadas,
recuerdas a aquel personaje
que volvía loco a Bandini
en algunas novelas de Fante,
pero hay noches, en las oscuras
y torvas entrañas de la madrugada,
cuando apenas queda algún cliente
sentado en viejas sillas de mala madera,
que pago unas cuantas de tus copas de bourbon
y fumamos del mismo cigarrillo
y te hablo de un tipo griego que escribía
poemas sobre el paso del tiempo
Atenas y la belleza de los cuerpos jóvenes,
y tú me dices que una vez intentaste
abrirte las venas pero en vez de sangre
manaban tus muñecas sucios diamantes negros,
que tienes veinte años y te acuestas con cualquiera
y que la vida te parece algo extraño
como un pájaro con un ala rota
que sabe que jamás volverá a volar,
y te digo que hay franchutes
que llaman a eso angustia existencial,
pero que tan sólo son palabras en un libro,
y los libros, ya se sabe, de nada sirven
cuando un pájaro no puede volar.

(Ismael Cabezas, Paisaje para un ciego, Colección Abalorios. Poesía, 2009)

ISMAEL CABEZAS



POÉTICA

              entre tantos fantasmas, y tan solo
                 JUAN COBO WILKINS

                Deja que los demás discutan acerca de mi dolor
                mi dolor es ahora de dominio público
                MALCOM LOWRY

Hombres que regresan con la camisa sudada
a una habitación de alquiler donde nadie les espera
y tras la voz automática y el breve sonido de la señal
sólo aguarda una vez más el horror del silencio,
lágrimas de una delgada chica adolescente
que espera sentada en una incómoda silla
de plástico blanco vencida por el peso
de tantos que esperaron antes igual que ella,
iluminada por la luz espectral de la muerte,
esa luz tan blanca de los hospitales y los tanatorios,
la madre con ropas de domingo que visita
al hijo que ha sido derrotado por la vida
besado por sucios y fríos labios de plata,
se sienta en el borde de la cama
y acaricia con sus suaves dedos el espeso cabello negro,
oscuro como la más antigua melancolía,
el cigarrillo que la camarera enciende
tras su último turno en la madrugada de febrero
antes de subir a su vieja motocicleta,
la soga deshecha de los ahorcados
como una negra amapola que ha sido deshojada,
los ajados y amarillentos cuadernos
olvidados en un viejo cajón que ya nadie abre
donde trazaste tus primeras letras
y escribiste por primera vez tu nombre,
esos maderos podridos
en las aguas negras de la noche,
son las palabras, la poesía.


(Ismael Cabezas, Paisaje para un ciego, Colección Abalorios. Poesía, 2009)