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JUAN LUIS PANERO


A LA MAÑANA SIGUIENTE CESARE PAVESE NO PIDIÓ EL DESAYUNO

Solo bajó del tren,
atravesó solo la ciudad desierta,
solo entró en el hotel vacío,
abrió su solitaria habitación
y escuchó con asombro el silencio.
Dicen que descolgó el teléfono
para llamar a alguien,
pero es falso, completamente falso.
No había nadie a quien llamar,
nadie vivía en la ciudad, nadie en el mundo.
Bebió el vaso, las pequeñas pastillas,
y esperó la llegada del sueño.
Con cierto miedo a su valor
-por vez primera había afirmado su existencia-
tal vez curioso, con cansado gesto,
sintió el peso de sus párpados caer.
Horas después -una extraña sonrisa dibujaba sus labios-
se anunció a sí mismo, tercamente,
la única certidumbre que al fin había adquirido:
jamás volvería a dormir solo en un cuarto de hotel.


(Juan Luis Panero, Los trucos de la muerte, 1975. En Poesía Completa [1968-1996], Tusquets Editores, 1997)

JUAN LUIS PANERO

.
AL FINAL DE LA NOCHE
.
Noches en las que nada queda,
ni siquiera el eco del viento en la ventana,
noches en blanco y negro, gris de humo,
transparente cristal, papel vacío,
donde un ciego lee páginas no escritas.
.
(Juan Luis Panero, Poesía completa [1968-1996 ], Barcelona, Tusquets, 1997)

JUAN LUIS PANERO


ACERCA DEL INCESTO
.
...........................................(Recordatorio de Georg Trakl)
.
Buscó los labios de su hermana,
sus dientes, con irritante terquedad,
un ligero temblor, un breve escalofrío,
entrechocaban -quizá fuera la droga-
y su figura fue borrándose, disuelta
en la penumbra familiar del cuarto.
Años después,
golpeaban a lo lejos los cañones,
sobre sus sábanas de loco vio alzarse un cuerpo,
su húmedo olor, la longitud del tacto.
Buscó, sin dedos, la boca deseada,
la carne herida del amor y el delirio,
la claridad oscura de la cocaína,
sus ojos y aquellos ojos y algo más.
Besó sus labios en sus propios labios
y sintió arder la sal de su saliva.
Lejos, muy lejos, terriblemente lejos,
una mujer aullaba en el último espasmo.
Con asombro, la muerte dio constancia
de algo que jamás pudo imaginarse:
un estertor sin ruegos y sin llanto,
la agonía de un muerto, el terror de la vida.
.
(Los trucos de la muerte, 1975)

JUAN LUIS PANERO


OFICIO DE SUICIDAS
.
Pocas las palabras, pequeños sus designios,
nombrando siempre realidades banales,
triviales signos, hechos consumados,
y, en el fondo, sórdida presencia de la muerte.
Oficio melancólico, construir estas jaulas,
estas escasas lápidas del tiempo que nos pasa,
oficio de suicidas, intentar retener
la huella de la luz en sílabas de sombra.
.
(Juan Luis Panero, Antes que llegue la noche, Barcelona, Península / Ediciones 62, 1985)

LOS PANERO I

JUAN LUIS PANERO

LA MEMORIA Y LA MUERTE


Sólo son tuyas -de verdad- la memoria y la muerte,
la memoria que borra y desfigura
y la sombra de la muerte que aguarda.
Sólo fantasmales recuerdos y la nada
se reparten tu herencia sin destino.
Después de sucios tratos y mentiras,
de gestos a destiempo y de palabras
-irreales palabras ilusorias-,
sólo un testamento de ceniza
que el viento mueve, esparce y desordena.



( Juan Luis Panero, Enigmas y despedidas, Barcelona, Tusquets, 1999)