BAILE
JUNTO AL PANTANO
Es tarde ya,
y el agua no ama ni las luces ni la música:
contra sí las deshace
como a su propio sueño.
Mis padres se han abrazado para bailar.
Yo no sueño aún con los cuerpos pero amo las voces:
la voz de mi madre,
mi voz posada sobre su pecho.
Bailan abrazados,
y llegan las orillas de sus pasos hasta aquí,
donde el agua respira la ceguera.
De aquella noche, los fondos de silencio.
(José María Castrillón, La vieja munición,Idea, 2005)