SOÑAMOS DE ADOLESCENTES
CON SUICIDIOS
Soñamos de adolescentes con suicidios,
con que el mundo se acabe pronto y mal,
y no podamos reírnos de mayores
de aquel pendiente en la nariz,
del flequillo que nos tapaba los ojos
o de nuestras camisetas ajustadas
que tanto llamaron la atención.
Escribimos poemas que nos dan autoridad
porque hablan de nuestras almas en pena
de copas cargadas y luces de neón,
hazañas increíbles con el sexo y la palabra
y las cosas que hacemos para ganarnos
el cariño de a quienes luego hacemos daño.
Vivimos para tener recuerdos
que luego convertimos en tiritas
y mercromina,
salimos con chicas si que nada
nos importen, pero a las que enamoramos
con la idea de escribir más tarde
versos como molinos de colores.
Soñamos de adolescentes con suicidios,
y por eso vivimos siempre
quitándonos el sueño y dejando
que la tristeza se balancee
en nuestras bocas, nuestros labios
cuando besamos a alguien
o bebemos latas de cerveza
perezosos como esos maleantes
que pasan el domingo aburriéndose en cuartos de alquiler
con la garganta rota de cantar.
......
(Jesús Llorente, Desorden)
CON SUICIDIOS
Soñamos de adolescentes con suicidios,
con que el mundo se acabe pronto y mal,
y no podamos reírnos de mayores
de aquel pendiente en la nariz,
del flequillo que nos tapaba los ojos
o de nuestras camisetas ajustadas
que tanto llamaron la atención.
Escribimos poemas que nos dan autoridad
porque hablan de nuestras almas en pena
de copas cargadas y luces de neón,
hazañas increíbles con el sexo y la palabra
y las cosas que hacemos para ganarnos
el cariño de a quienes luego hacemos daño.
Vivimos para tener recuerdos
que luego convertimos en tiritas
y mercromina,
salimos con chicas si que nada
nos importen, pero a las que enamoramos
con la idea de escribir más tarde
versos como molinos de colores.
Soñamos de adolescentes con suicidios,
y por eso vivimos siempre
quitándonos el sueño y dejando
que la tristeza se balancee
en nuestras bocas, nuestros labios
cuando besamos a alguien
o bebemos latas de cerveza
perezosos como esos maleantes
que pasan el domingo aburriéndose en cuartos de alquiler
con la garganta rota de cantar.
......
(Jesús Llorente, Desorden)
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