A modo de introito
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La muerte
esa estaca de vidrio reflejada en mis pupilas
amanece como una ostra
como un cangrejo excluido de las aguas
y nadie pregunta
y nadie invoca las cuerdas del espanto
las cuerdas de esta hora siniestra
la muerte
ese dulce animal de sangre oscura
esta pordiosera de asombros
arrastra las córneas
arrastra las venas como un penitente
las ínsulas que intactas
destrozan con lujuria esta historia sangrienta
la muerte
esa fogata que arde y envenena
estos nervios de puma
de fiera que huye
ha vuelto a llamarme por mi nombre
como una hembra arisca
como una ramera arisca
sin piel
sin guadaña
1 comentario:
La muerte, sin piel, sin guadaña, sin sombra, como una ramera arisca...¡Lírica manera de perderle el respeto! Me gusta. No conocía al autor. Gracias por descrirnos de nuevo a autores tan interesantes. Un saludo desde il inferno.
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