LOURDES
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Entre el choque de los vasos de whisky,
las risotadas degradadas con éxtasis,
el acoso de luces y flashes en la bruma,
entre el roce lascivo de bultos y curvas
el rictus fúnebre, implacable,
de Lourdes.
Por encima de la música ensordecedora
me llegan los alaridos del silencio de Lourdes,
toda labios sucios de carmín agrio.
Verla observándolo todo desde la barra
con ojos de vodka
es ver que al fin y al cabo
el hombre es un ser
para la muerte.
.
(Extraído del blog Las afinidades electivas)
JAVIER GATO
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2 comentarios:
hostias que bueno, directo y desgarrador.
Totalmente de acuerdo, poesía sin tapujos. Gracias, choche, por el comentario.
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