RECONOCIMIENTO
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Tú haces el silencio de las lilas que aletean
en mi tragedia del viento en el corazón.
Tú hiciste de mi vida un cuento para niños
en donde naufragios y muertes
son pretextos de ceremonias adorables.
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NADA
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El viento muere en mi herida.
La noche mendiga mi sangre.
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COMUNICACIONES
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El viento me había comido
parte de la cara y las manos.
Me llamaban ángel harapiento.
Yo esperaba.
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(Alejandra Pizarnik, Las aventuras perdidas, Buenos Aires, Altamar, 1958; Los trabajos y las noches, Buenos Aires, Sudamericana, 1965)
ALEJANDRA PIZARNIK
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1 comentario:
Joaquín:
El tercero, como dice mi hermana para describir algo muy bueno "está mortal".
Abrazos,
Frank.
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