FALACIA PATÉTICA
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Nunca las fiestas, los días luminosos,
las risas y los más arrebatados entusiamos
serán más hondos, más definitivos
que aquel dolor o ese que aún te espera.
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No entiendo tanto afán en impedir
que el mundo acabe por hundirse para siempre,
de una vez por todas para siempre.
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CONTRA TODA ADVERTENCIA
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Siempre hay quien descubre
signos apocalípticos
en todo nuevo tiempo.
Para este señalan
el éxito brutal de una televisión
gritona, zafia, boba y degradante,
la pasión energúmena del fútbol,
la juerga que se extiende a las mañanas,
la comida a granel, que a nada sabe.
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Pero a pesar de todo, contra toda advertencia,
frente a la tenebrosa vida interior del alma,
pese al arte exquisito y melancólico,
siempre gana la vida,
esa fuerza salvaje, ruidosa y rutilante,
la vida pura, sin contemplaciones,
la vida elemental, como un gusano,
la vida que fermenta en la basura.
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(Juan Peña, Los placeres melancólicos, Centro de Ediciones de la Diputación Provincial de Málaga, Málaga, 2006)
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