DIOS ES UN DEEJAY Y APENAS BAILA SU PROPIA MÚSICA
Carteles de los años veinte, versiones
recién bajadas y distintos compañeros de piso.
Comparten conciertos -Rufus Wainweight,
Franz Ferdinand,
La habitación roja- que, como una voluta de humo,
ponen en marcha el desfile habitual
de colores espontáneos, bien definidos.
Los amigos preparan bebidas intensas
con hierbas aromáticas y azúcar.
Mirando postales y fotografías de ciudades
hoy lejanas, celebran nacimientos, contratos por obra,
amores canallas.
No tienen corazón para decirle a sus padres
que la guerra continúa y nuevamente
están muy cerca de los que han perdido.
(Martín Rodríguez-Gaona, de su poemario Madrid, línea circular, que será editado en DVD Ediciones. Poema extraído del blog del poeta David González Los valientes andan solos)
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