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ÓSCAR ALBERDI SAINZ

IN MEMORIAM




AMO LA NOCHE

Vivo en la noche; me oculto en ella
de la luz del día que, por si no lo sabéis, mata;
porque son las radiaciones del día a día
con sus tantos meses y años de aburrimiento,
con sus décadas de decadencia y lustros de desengaño,
los que consumen, arrugan y envenenan la piel
y lo que pudiera quedar dentro.

Por eso vivo la noche; bebo la honda oscuridad
de escuchar al mar en silencio
mientras mezo mi reflexivo insomnio,
estremecido por esa grata sensación de frío
que recorre con un rugido mi cuerpo
metido, como mis manos
en los bolsillos, dentro del abrigo;
y mis ojos contemplan hipnotizados
las brasas incandescentes de una hoguera
de parpadeantes luciérnagas que hacen de estrellas
a las que pido predicciones acerca de mi futuro.

Atrapo las noches para usarlas como cebo
en el barullo de los bares de copas,
mirando a los ojos sin vida como los de los peces
de mujeres sin brazos ni calor en los labios,
mientras aguardo a que un rayo parta mi cabeza,
desahogándola de críticos pensamientos
y la arranque esa música estridente
que surge de violar a un silencio
excavado en el vacío;
eso sí, sin borrar en ningún momento
la permanente e inalterable sonrisa
estirada hasta ser mueca,
- que alarga las patas de gallo
y marca como surcos más profundos las arrugas-,
y es que pocos conocen la dura rutina
en que se convierte la obligación de hacer
que todas las noches lo sean de fiesta en el osario.

Me alimento de la noche
y no abandono sus calles
ni dejo de morder sus orillas
más que cuando recibo la alarma
del canto nervioso de los pájaros
hambrientos de amanecer
deslumbrados por el espejismo
de las luces de las farolas aun encendidas;
cuando sucede eso, abordo como quien se sube
a uno de esos espectrales autobuses nocturnos,


mis tísicas sabanas y la cómoda realidad,
en que me abastezco, de mis sueños;
y todo, porque siento que el día
con sus febriles exigencias
tira de mí como el peso muerto
del cuerpo que ahorca al suicida,
que lo aplasta contra la acera.

Amo los ruidos imprecisos
y el silencio de estampida de la noche
porque en ella releo lo hoy escrito
con la conciencia de ayer.


(Poema extraído de su blog Conviviendo con el caos)

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