RODRIGO OLAY
FOSA COMÚN
La sibila dictó que llegaría
más lejos que ningún otro nacido.
No llegó más allá del más allá.
EPITAFIO DE UN HOMBRE CUALQUIERA
Como cuerpos exactos de muchachas intactas
que nunca envejecieron porque eran demasiado
bellas para la muerte y fueron elevadas
a imposibles altares hechos sólo de sol,
así fue con nosotros y todos nuestros sueños
que no vimos cumplidos y por los que lloramos
nacer hombres apenas, pero cuya amargura
protegió nuestra fe, pues sólo lo incumplido
no pudo defraudarnos, y nos dio, por lo menos
mientras lo perseguíamos, privilegio de ser
necesarios y puros, y también la constancia
para ver en el mundo el lugar del prodigio.
(Rodrigo Olay, Cerrar los ojos para verte, Editorial Universos, 2011)
Etiquetas:
RODRIGO OLAY
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario