Ahora tenemos que ser parcos.
La alegría nos reconforta
como un hermano.
Pero el mundo no está hecho
a la medida de nuestros sueños.
Tenemos ganas de encendernos
a cada instante
mirar una calle, hablar
hasta cansarnos
porque atrás
una sombra nos persigue.
Es decir, este mundo
tiene su truco.
El mundo es como un lunar
en el rostro de una muchacha.
No podemos inventar paraísos
porque no estamos
autorizados para ello.
Ahora tenemos que ser cautos.
No presumir que nuestro corazón
es puro y, calladamente,
adaptarnos
al truco de este mundo.
.
(Manuel Morales, Poemas de entrecasa, Lima, Chosica, Ediciones universidad de Educación, 1969.)
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