LUCES DE MADRUGADA
.
Se acaba de encender
una ventana
en el edificio de enfrente.
.
Ha sido como un breve fogonazo,
como un pequeño flash.
.
Un niño de meses
—piensas—,
o la próstata de un viejo,
o algún insomne aburrido como tú,
o alguien que llega demasiado alegre...
Por último
se abre paso
la llamada de teléfono, esa
que parte siempre la madrugada
en dos,
y a veces la vida también.
.
(Karmelo C. Iribarren, Atravesando la noche, Huacanamo, 2009)
KARMELO C. IRIBARREN
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