RIMBAUD SEGÚN HENRY MILLER

EL TIEMPO DE LOS ASESINOS
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Rescatamos de nuestra biblioteca "insólita" este apasionante ensayo sobre Rimbaud y reproducimos estos fragmentos:
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"Nadie pudo desear más ardientemente entregarse que él. De niño se dio a Dios, de joven al mundo; y en ambos casos se sintió engañado y traicionado... La esencia de su ser permanece intacta, inconmovible, inaccesible."

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"El hecho de que sólo pudiera mantenerse intacto renunciando a su vocación es un tributo a su pureza, pero al mismo tiempo una condenación de su época."

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"Permitirá que sus sueños sean aniquilados, pero no mancillados. Había vislumbrado la vida en todo su esplendor y plenitud; no traicionaría esa visión convirtiéndose en un ciudadano domesticado del mundo."

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"Persigue lo imposible... El hecho de que hayamos elaborado estos conceptos, que poseen el más profundo significado para nosotros, significa que son realizables... El hombre de genio vive generalmente como si estos sueños pudieran cumplirse. Está demasiado cargado de la energía que generan para desprenderse de ellos."

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"No puede vivir con sus ideales a menos que éstos sean compartidos, pero ¿cómo comunicarlos si no habla el mismo idioma que su prójimo?... ¿Qué significado más lógico podemos dar a su paso fugaz por la Tierra que la de emisarios de otro mundo?... Su concepción de las cosas es similar a la de un hombre venido de un mundo tetradimensional y que debe sobrevivir en otro tridimensional... El soñador debe contentarse con soñar, confiado en que la imaginación crea sustancia. Esa es la función del poeta, la más alta porque lo conduce a lo desconocido, a las fronteras mismas de la creación".

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(Henry Miller, El tiempo de los asesinos, Madrid, Alianza Editorial, 1983)