![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOUYhZMi6OjdYkgfNw4wkZkO9J1GmSRX96X44B9hBuaWuRMaezycQyzmCU8ah3N32gkNmQsnhX_XGL3GAjkLZcenhuiD8J-vMH8URhhjFRonrf5wv1wKaK1XLs13Hi4A7a3QaDM1BFAow/s320/fotoremolacha.jpg)
OFELIA CITY
.
I
I
.
A los viernes pertenece el fulgor del cuerpo,
esa sensualidad que nos arroja al otro
y de aquel a otro, nuevamente,
hasta que ya no reconocemos las heridas.
A los viernes pertenece el fulgor del cuerpo,
esa sensualidad que nos arroja al otro
y de aquel a otro, nuevamente,
hasta que ya no reconocemos las heridas.
.
Las voces del pasado resuenan entre nosotros,
replegándose con un gesto imperceptible.
Las voces del pasado resuenan entre nosotros,
replegándose con un gesto imperceptible.
.
El cuerpo tatuado del amante
es un palimpsesto de caricias y labios:
será la misma piel pero se sabrá distinta
y anochecerá y amanecerá, nuevamente.
El cuerpo tatuado del amante
es un palimpsesto de caricias y labios:
será la misma piel pero se sabrá distinta
y anochecerá y amanecerá, nuevamente.
.
1 comentario:
Interesante poema de sensualidad morbida, en el buen sentido
Publicar un comentario