FINAL
El ladrido del perro
ha marcado el límite del paseo.
Su advertencia me devuelve
una sensación extraña: soy capaz de sentir
temor y compasión al mismo tiempo.
La inocencia, al observarle,
me previene y a la vez se apiada.
ha marcado el límite del paseo.
Su advertencia me devuelve
una sensación extraña: soy capaz de sentir
temor y compasión al mismo tiempo.
La inocencia, al observarle,
me previene y a la vez se apiada.
Nos miramos y nos sabemos cercanos:
él, allí, sin dejarme entrar;
yo, más lejos, admitiendo que todo,
incluso la vida,
tiene un final.
él, allí, sin dejarme entrar;
yo, más lejos, admitiendo que todo,
incluso la vida,
tiene un final.
(Álex Chico, Dimensión de la frontera, Sevilla, Siltolá, 2011)
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