LLORAR SOBRE DESIERTO
Yo he roto el mar, la cuna de los peces
de cristal. Subo, bajo mi montaña,
luego, le echo, a los peces muertos, caña
y ganas de pescar. Luego. Y a veces,
con la mar, rompo a un hombre: no mereces
que diga nada más. El sol regaña
con las moscas tapiadas por la araña:
el mundo está combada hasta las heces.
Y Dios, tan puntual, enciende el cielo;
anuncia: la función va a comenzar.
y un ángel triste, grave, corre el velo:
el mundo se desploma como un muerto,
no hay nadie que lo quiera apuntalar.
Y Dios vuelve a llorar sobre desierto.
anuncia: la función va a comenzar.
y un ángel triste, grave, corre el velo:
el mundo se desploma como un muerto,
no hay nadie que lo quiera apuntalar.
Y Dios vuelve a llorar sobre desierto.
(Poema extraído de su página web Vicente García Hernández)
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