YOSIE CRESPO
EPÍLOGO A NADIE
Me trago una bala
como quien puede esconder
con su rabia
el mundo que muere.
No culpo a nadie.
La ciudad es una hora fatal
que devora mi alma.
La gente viaja tranquila,
pasajeros a ninguna parte.
Veo la noche que cae
y como un peine misterioso
burla mi voz
y grito.
Pero nadie me escucha.
(Poema extraído de la revista digital Ginebra Magnolia)
Etiquetas:
YOSIE CRESPO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Este poema es muy bello...
"Me trago una bala
como quien puede escoder
con su rabia
el mundo que muere"
Desequilibrante...
Totalmente de acuerdo.
Publicar un comentario