REPTO
(Dedicado a Leopoldo María Panero)
Yo también repto, por las paredes, por el techo…
Sobre las hojas que derrama mi pluma yerma,
y sobre las flores que hay en mi tumba.
Yo también repto, por mi España espesa…
Como la muerte de un espectro.
Yo también repto, por la sangre de mis venas
inyectadas en alcohol etéreo.
Por los huesos que me mantienen erecta
aunque quiera seguir por el suelo.
Por mi corazón que late y se debate
entre tu amor, muerto,
y el de otro hombre que, infecto…
Vuelve sus ojos hacia mí cuerpo yermo.
Yo también repto, igual que los cocodrilos
por las aguas encharcadas.
El fango que se diluye cuando llueve
el agua que no se detiene y me hace que vuele.
Vuelo, vuelo por los aires de las obscenidades
de las marionetas que como tú y como yo
mueren de hambre.
Hambre de carne fresca, de sangre joven
de montones de mierda que se sumen en el desorden.
Ya no repto, me cortaron las patas
y mi España se quedó sola como una estatua.
Hijos del Cervantes que somos, hijos de Judíos y de ratas,
hijos de los infiernos que por la mañana se levantan.
Muere una y mil veces, hijo de la nada,
y sucumbe a tus placeres de alcohol sin agua.
A las mujeres de bajos fondos
y a los sin techo que no hablan.
A la blasfemia del ateo
y a la del católico creyente.
Sucumbe a la vida, sucumbe a la muerte,
suicida el aliento que respiras y que después devuelves.
No mires atrás, pues nada queda…
Nada que amar y nada que te envuelva.
Aquí, en la esquina donde lloraste por primera vez
en la esquina donde naciste, donde
abriste los ojos por primera vez…
Dónde te esperaba una familia que no viviste
y donde te odiaron por primera
y última vez.
(Poema extraído de su blog MEMORIA PERDIDA)
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