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SOLVE ET COAGULA
Aquella vez que te sangraba la nariz recuerdas
aún, que no se cortaba,
tú en el lavabo, la cabeza inclinada,
“¿voy a vaciarme del todo?” y yo te veía allí sentado,
Era como si ya no me atreviese
a tocarte, o si tú te fueras
a diluir en la realidad como oro
en aguas regias, al haberte yo
apenas acariciado;
naturalmente no ibas a morir
aún, ya lo sabía, pero aquel que canta
para liebres y osos canciones en las que cuenta
como les ha disparado, acababa de empezar
a componer la tuya, yo podía
oírla en mi interior, ping,
pong, los primeros,
cautelosos tonos.
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(Eva Gerlach, Una cama de carne humana [Een bed van mensvlees], De Arbeiderspers, 2003.
Traducción española: Eva Navarro, 2009)
EVA GERLACH
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