UN ESTERTOR superficial no basta.
Prever la hora y regresar, sumisamente, al barco cuando más sopla el huracán,
aun irrisorio, empieza a ser más justo.
Pero la estafa criminal redobla.
como venganza o saciedad, la epístola. Y no su clueco contrincante, el himno.
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(De El desimaginario, en Manchas nombradas, op. cit.)
1 comentario:
Extraña poesìa, breve pero poderosa como mineral. Casi crìptica, casi hermètica, casi lejana del ojo que la intenta descifrar.
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